Las mujeres no solo han sido durante siglos las principales promotoras y constructoras de los rituales artesanales de las comunidades, sino que además, en estos tiempos cambiantes, se ubican como las principales gestoras de iniciativas económicas derivadas de la actividad artesanal. En Colombia y tras varias décadas de conflicto, la actividad artesanal es lo que ha permitido a mujeres cabeza de familia, mejorar su calidad de vida y la de sus hijos tras el desplazamiento forzado a los cascos urbanos del país, a las que llegan de forma vulnerable al no contar con educación técnica o profesional y en algunos casos, en pobres condiciones educativas. Es curioso que pese a que oficios como la talabartería, orfebrería y talla, que han sido tradicionalmente masculinos, empiezan a tener cada vez más una presencia femenina en su desarrollo, como un indicador de que cada vez más mujeres aprenden y ejecutan labores, que posteriormente serán transmitidas de generación en gene...
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